viernes, 22 de noviembre de 2019

Inseguridad




Ella nos enfrenta a nuestras pesadillas
porque ella es una de ellas.
Ella nos pone piedras en la mochila
que nos hunde en lo más profundo del océano.
 No nos damos cuenta de que la llevamos encima
hasta que escuchamos su nombre,
lo cual pasa demasiado tarde.
Cuando la queremos sacar de encima
vemos que ya a echado raíces en todo nuestro cuerpo.
Es ella, junto con otras,
la que nos corta las alas,
la que nos frena nuestros pasos.
La que impide que nos veamos al espejo tal y como somos,
por la cual evitamos mirar al espejo.

Le damos la espalda a nuestro reflejo
por los prejuicios y las quejas de los demás,
manteniendo la sonrisa
para que no se note.


Nosotros no nacemos con ella,
pero con el paso del tiempo se nos va pegando a la piel
y nos transforma.
Es por culpa de los demás que la adquirimos.
Voluntaria o involuntariamente,
ellos nos llenan de perjuicios y debilidades.

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