domingo, 19 de noviembre de 2023

La princesa de Alboran - Capítulo 1

Se acerca la hora de mi partida. Es la hora de coger el avión que llevará a Málaga.
Miro a mi alrededor con lágrimas en los ojos y dolor en la barriga. No puedo creer lo que estoy haciendo. Sé que es lo mejor para mí. Pero es que es difícil. Duele irse dejando todo atras. Mi ciudad, mi gente. 
- No te preocupes. Estaré bien. Buscaré compañeros con los que vivir. Iré a clases de ingles- le digo a mi madre para tranquilizarla.
- No me gusta que estés sola. Ya lo sabes. Cuidate. Llamame en cuanto llegues.
- Te llamaré todos los días para que estés tranquila. No te preocupes.
Mirando a los ojos de mi novio me doy cuenta del terrible error que estoy cometiendo. No volveré a sentir sus brazos alrededor mía ni podré apoyar mi cabeza en su pecho para escuchar su corazón.
- Te quiero. Cuando puedas ven a visitarme.
Lo difícil va a ser cuando su enfermedad vaya ganando territorio y él vaya empeorando. Ojala no ocurra.
- Por mí iba contigo ahora mismo. Te quiero, bebe.
- Os quiero, estaré bien - les digo a mis padres y a mi novio mientras nos damos un abrazo.
Cojo mi mochila y me dirijo a la zona de embarcamiento del aeropuerto de Vigo. Sigo pensando que esto es una mala decisión. Cuando llegue a Málaga me sentiré sola en una ciudad llena de gente.
Me siento en la ventanilla del avión. Al menos, tendré la oportunidad de ver el paisaje y podré evitar pensar. Pongo el móvil en modo avión para poder escuchar música. Pongo la playlist que hice con las canciones del disco Terral y Prometo. Son mis favoritos.

Hay un grupo de chicas en el aeropuerto. Solo dos chicas tienen maleta.  Yo cuento que son más de diez personas. Ayer fue su concierto en Vigo. Yo no pude estar en la pista por culpa de no tener el equilibrio adecuado. Tampoco pude estar en el palco de las personas con discapacidad porque mi discapacidad es baja y por no tener disminución en la movilidad. Mi novio y yo  estuvimos sentados en una zona donde miramos perfectamente a Pablo. Sus movimientos. Pero desde lejos. En unas gradas.
Nunca tuve la oportunidad de verlo en realidad.  No fui a ningún programa. Y él no hace firmas en España. Solo una en Madrid. Por eso he venido al aeropuerto de Vigo. Ojala pueda verlo. Aunque sea a la distancia.
Quiero acercarme a preguntar si están aquí por el, pero la inseguridad me frena. No quiero que piensen que soy una entrometida. Además sé que me pueden decir que no por un motivo egoísta. Que no quieran que lo vea porque sino sería una más.
- No soy capaz de ir a preguntarles - le digo a mi novio.
- Voy yo
- Vamos los dos - digo mientras lo cojo de la mano.
- Perdonar. Os vais de viaje o estáis esperando? - dice mi novio.
- Ellas se van de viaje y estamos esperando - dijo una chica refiriéndose a las dos que tiene maleta.
- Sois fans de Pablo Alboran? -me atrevo a preguntar.
-Si - contesta una chica morena.
Mientras yo me acerco, algunas del grupo se van para ver si llego.
- Es mi primera vez- me excuso en voz alta.
- La mía también - me contesta una chica.

Llevamos una hora esperando a Pablo. Estuvimos con la persona encargada de la seguridad de él. También estuvimos con uno de los músicos de acompañamiento. Nos dijeron que unas fans fueron al hotel para mirarlo. Yo no sé en que hotel está. Una chica del grupo de Whassap de Alboranciñas Galegas no nos dijo el hotel porque a Pablo le gusta que respetemos su intimidad.
No me gusta seguir a estas chicas  a todos lados. Pero es la única forma de ver a Pablo.
Algunas fans se acercaron más a él mientras salía del coche.
- Lo van a asustar - dijo una chica.
La verdad es que entiendo lo que dice. El chaval no nos conoce. No sabe como somos ni como actuaremos.
- Poneros en grupos de cuatro - dijo el de seguridad.
- Hola, chicas. Que tal estáis?- dijo Pablo mientras me da dos besos en las mejillas.
Al mismo tiempo que desaparece la imagen del cantante, aparece una niña sola sentada en medio de un pabellón, con las rodillas envueltas por sus brazos menudos. Delante de ella, hay un charco de sangre que baña un cuerpo perruno. La niña llora, pero nadie la escucha. Alguien la dejó encerrada, viendo como el animal se desangraba, como su perro favorito se desvanecía.

La princesa de Alboran - Prologo

Dicen que empezar en una nueva ciudad es una aventura, como un reto. Yo pienso que es una pesadilla. Estar en un lugar, sin tu familia, sin tu novio, sin tus perros. En una Comunidad donde no conoces a nadie y sin saber en quien confiar, es aterrador para una chica tímida como yo.
Por un lado, necesito vivir aquí para avanzar en mi vida. Tanto personalmente como profesionalmente. Necesito un trabajo que me llene. Que se corresponda con mis estudios.  Estoy harta de trabajar de cajera en supermercados y de grabadora de datos. Personalmente hablando, salir del nido de mama hace que crezca como persona,  que no dependa de ella para determinadas cosas como comer.
Por eso he cogido el primer trabajo que he encontrado en una ciudad española y he venido una semana antes para saber donde voy a vivir y la distancia que tendré que recorrer para asistir al trabajo.
Mi madre cree que estoy aquí por él. Saber que piensa eso me incomoda porque yo sólo quiero progresar en mi vida. Y no, no estoy en Málaga para conocer a Pablo Alborán. Además, ni siquiera estoy en su ciudad, simplemente, estoy a una hora de allí. Y, ni siquiera se me ha pasado por la cabeza la idea de darme un paseo por las calles donde podría estar habitando el ángel rubio de los sueños de muchas chicas. 
Así que, mi idea al venir aquí, básicamente, es progresar en mi vida, olvidarme de los ecos del pasado y separarme de mi pareja y su familia, una gente tóxica que me ancla en mis problemas y no me deja perseguir mis sueños. 

martes, 24 de marzo de 2020

Incertidumbre

Escribo esto con la melodía
 de un piano en los oídos,
con historias que escribieron Beethoven, Yiruma.

Pensando en lo que paso,
 lo que está pasando
 y lo que pasara.

Encerrada en mi mente,
 en mi cuerpo y en mi casa.
Sin saber como avanzar,
 como dar  pasos evitando la caída.

Con miedo, incertidumbre, preguntas.
Preguntas que nadie me responde,
no existen respuestas para esas cuestiones.
Y por más que las busco
no las encuentro.

Debajo de las piedras,
no están.
En Internet,
tampoco.
Respuestas que se evaporan con facilidad,
y se alejan
como un día él se alejo de mi
sin decir un simple "hasta luego"






viernes, 28 de febrero de 2020

Así no se trata a los perros

Hace unos días, oí algo muy malo, que hizo que se me parara el corazón. Y suerte que no lo vi, porque si lo viera es que estaría días sin levantar cabeza.

Mi novio y yo íbamos andando por la calle. Un perro se le acercó. No sé por qué, quizás porque olía a mi perra o puede que sea por otro motivo. Yo iba rayada, pensado en que había dejado la puerta abierta.

El perro iba con otro perro y una persona. El otro animal siguió adelante cuando este fue a junta de mi novio. Acto seguido, el dueño del perro llamó al perro (algo así como flis), pero el perro no le hizo caso. Entonces, este fulano fue a junto del perro y levantó la correa y le dio con ella. El perro se quejo y luego se fue.

Yo le dije a mi novio "¿has visto lo que hizo?". "Qué asco de gente "

También hay personas que cuando pasean a sus perros no los llevan con correa, no pensando que se le puede escapar. Puede que vea a otro perro en la acera de enfrente y intenté cruzar la carretera y le atropellé un coche.

Por mucho que creas que el perro te hace caso, es un animal que tiene sus reglas.

viernes, 14 de febrero de 2020

Gritos

Me encantaría marcharme,
irme a otro lugar donde poder vivir.
Vivir mi vida,
sin gritos del pasado.
Ver el sol desde otro ángulo,
otra luna al anochecer.
Conocer nuevas personas,
sin preocupaciones ni cuestiones,
alejarme de los gritos y los llantos.
Pensar sobre lo que quiero
y lo que conseguí,
saber cómo soy,
y lo que escondo.
Reflexionar sobre mi vida,
tener tiempo para mí.
Quiero pensar de otra manera,
sacar la desconfianza
que me invade el cuerpo,
sentirme bien conmigo misma,
dejar de sentirme inferior que los demás.

viernes, 7 de febrero de 2020

Oportunidad

He perdido la oportunidad
de conocer al chico
más bello del universo.
No lo voy a volver a ver.
Ya no veré
sus ojos castaños
ni su desparpajo al hablar.
Ya no escucharé
su hermosa y tímida voz.
Sé que no lo voy
a volver a ver
Vigo es muy grande,
y yo me siento muy pequeña
en esta ciudad.
Malgaste mi tiempo
criticándolo para mi misma,
pensando lo peor de él.
No quería aceptar
que me gustaba,
no quería que me hiciera daño,
y al final me lo hice yo.
Recordaré su cara recién afeitada
recordaré los momentos
en los que se ruborizaba.
Me guardaré su dulce voz
de la mañana,
guardaré los nanosegundos
en los que me miraba.
No tuve tiempo
para decirle lo que sentía.
No tuve valor
para enfrentarlo.
Y ahora,
es tarde.

viernes, 31 de enero de 2020

Preguntas

Ojala pudiera volver atrás.
y contárselo
ojala me hubiera atrevido
a conocerlo de verdad
en vez de soñar con él
y con su voz.
Por qué hago mi vida más difícil
y me enredo en preguntas
que yo no sé contestar.
Por qué pienso en el que pasará
y no me atrevo a volar.
por qué pienso que todo el
mundo es igual y me veo a mi misma,
tan diferente.
Ojala me atreviera a
volverlo a ver,
pero temo que seré una simple
conocida para él.