Él me miró
con sus ojos de terciopelo,
el tiempo se congeló
en el mismo instante que él me tocó.
Sonaron las campanas
de las iglesias.
Se escuchaban
los cantos de los pájaros.
Todo parecía tan normal,
tan natural.
Nunca me imaginé que
todo fuera un sueño.
Su cara recién afeitada,
su pelo mojado
por las gotas de la lluvia.
Sus labios,
carnosos.
Pensaba que estaba despierta,
creía que era suya.
Pero por más que pienso en él,
nunca va a ocurrir.
